lunes, 5 de noviembre de 2012


 el ajenjo lo es del hígado.
Los mil síntomas que están detrás de un hígado agotado o sofocado por las toxinas desaparecen con una cura de ajenjo: palidez o color verdoso, ictericia, dispepsia hepática, picazón de la piel en todo el cuerpo o solamente en ciertas partes como el vientre, el ano, los brazos, etc., el mal aliento, ardor de estómago, falta de apetito, flatulencias, dolores de cabeza de origen hepático…
Una cura anual con ajenjo no limpia solamente el hígado, sino que sus maravillosos efectos se dejan ver y sentir también sobre el estómago y los intestinos. Se utiliza con éxito desde muy antiguo para los casos de envenenamiento por plomo.
Su único inconveniente: ¡pocas cosas hay más amargas que el ajenjo! Pero aún así, al cabo de una semana o diez días de su consumo el paladar se educa y se empieza a degustar con agrado.
UNA CURA DE AJENJO se sigue de la siguiente forma: se prepara un té vertiendo sobre una pulgarada (unos 10 gramos) de hojas y flores de ajenjo, ½ litro de agua purificada hirviendo. No aumentar nunca la dosis pues es inútil y desaconsejable. No es necesario hacer hervir esta planta. Para no tomar demasiado de este preparado, pues su efecto es muy poderoso y en exceso puede causar molestias, limitarse a un bol diario; se aconseja no tomar este té por tazas, sino por cucharadas, es decir, cada hora o cada dos horas se toma una cucharada o un sorbo que se ensalivará detenidamente. No se toma el té junto con las comidas, sino fuera de las mismas o bien antes o después. La cura dura de 15 a 21 días o más. Es una cura que DA BUENOS RESULTADOS EN TODAS LAS PERSONAS. Nadie debería olvidarse de hacer una cura de ajenjo todos los años.
Por Dr. Aldana
Commons-emblem-notice.svg
Ajenjo
Artemisia absinthium - Köhler–s Medizinal-Pflanzen-164.jpgArtemisia absinthium

No hay comentarios:

Publicar un comentario