viernes, 21 de septiembre de 2012

 
 
   
 
 

EL DIALOGO COMPULSIVO INTERNO

Según lo expresado por el Brujo Don Juan Matus (Enseñanzas de Don Juan de Castañeda)

el diálogo interno no es otra cosa que el contínuo decirnos a nosotros mismos, a través de la razón, que el mundo es así y asá y que nosotros somos de esta forma especial en que somos. El diálogo interno no es más que el torrente de pensamientos que está forzando a “la realidad”, para que ésta se ajuste a nuestra forma de pensar. Este es el motivo por el cual los hombres comunes y corrientes, siempre se la pasan peleados o aburridos con “el mundo”, pues el mundo es para ellos nada más que un montón de ideas.

Según Don Juan, suspender el diálogo interno (detener nuestras ideas de cómo es el mundo y cómo somos nosotros) es la clave de la brujería. Este hecho posibilita nada más ni menos que el pasaje a ”la otra realidad” a percibir “los otros mundos” .

Parar el diálogo interno, posibilitaría dejar de gastar energía en el sostenimiento del mundo como “objetos y conceptos” que se ajustan a nuestra razón, y este ahorro sustancial de energía posibilitaría al guerrero ” percibir la energía tal como fluye en el universo”, libre de las limitaciones que proporcionan la razón y los 5 sentidos.

En verdad, nos pasamos la vida hablándonos incesantemente a nosotros mismos acerca de nuestro mundo, y este parloteo constante, nos roba una desmesurada cantidad de energía . Cuando aprendemos a parar este diálogo interno, el mundo cesa y se desploma; y salen a la superficie facetas extraordinarias de nosotros mismos, como si nuestras palabras la hubieran tenido bajo guardia. Somos como somos, porque nos decimos a nosotros mismos quienes somos. De ahí que repitamos las mismas elecciones una y otra vez, hasta el día de nuestra muerte, cuando en verdad hay una infinita variedad de elecciones por hacer, y que no realizamos, por estar “definidos” por este “habladuría constante, que nos limita y nos encuadra.

Ahora bien…..cuál es la forma o el método más adecuado, para conseguir detener este diálogo?

Don Juan decía que el modo de terminar con nuestro diálogo interno es utilizar exactamente el mismo método mediante el cual nos enseñaron a hablar con nosotros mismos: fuimos enseñados compulsiva y sostenidamente, y así es como debemos detenerlo: compulsiva y sostenidamente.

El detener el diálogo interno, como un medio para poder conectarnos con nuestra “contraparte divina”, nuestro “yo superior” o como prefieran llamarlo, es una práctica contemplada también en diversidad de religiones tales como la misma Iglesia Católica, en el Budismo, en el hinduísmo etc. y enseñada también en las escuelas de carácter esotérico, su importancia es primordial, ya que posibilita “desconectarnos” del ego, el cual se ha convertido en un guardian implacable, que “filtra” toda percepción, que no provenga de la razón o de los sentidos, eliminando todo intento del “nagual” por manifestarse en “esta realidad”.

El diálogo interno está sumamente relacionado con la llamada “historia personal”, ya que mediante esta, llegamos a concebir al mundo y a nosotros mismos de una manera determinada. Pongamos por ejemplo a un niño de corta edad: su historia personal está limitada a el conocimiento que tiene de su nombre, de sus padres y de su entorno más cercano: hrmanos, parientes. Todavía no fue a la escuela, o sea que no tiene aún prejuicio alguno en materia de conocimientos y razonamientos, por lo tanto puede percibir sin dificultad a seres tales como a elementales de la naturaleza por ejeemplo, pero sus mayores le dicen que eso no existe, que ese tipo de “fantasía” no está bien visto, y terminan por eliminar este “contacto”. Cuando va a la escuela y aprende “la ciencia y la lógica”, termina por desechar totalmente todo aquello que no se enmarque en estos preceptos “científicos”. Va creando su mundo a través de la razón y de la palabra: los pilares del ego para construir esta realidad física.

A través del diálogo interno, “nos estabilizamos” en esta realidad, fijamos nuestro punto de encaje en una posición inamobible, que nos permite percibir solamente lo que nuestro ego considera “razonable y lógico. ” Mover este punto de encaje es uno de los logros máximos del guerrero y las técnicas están a disposición de los lectores, pero los logros solamente llegarán para quienes lo pongan en práctica.

“Son muchos los llamados, pocos los escogidos”……precepto bíblico que no reconoce fronteras, espacio, ni tiempo.

Osho, un importante referente contemporáneo y autor de innumerables obras de carácter espiritual, reflexiona también sobre este tema y afirma:

“¿Cómo vamos a poder vivir en una forma total si nuestra mente está hablándose a sí misma hasta cuando estamos ocupados con nuestras actividades diarias?”

“¿Qué hacer con este parloteo descontrolado que nos roba los momentos más valiosos de la vida?”

La fórmula de Osho para lograr detener el diálogo interno es la utilización de La Meditación.

Según éste, no podemos parar a la mente charlatana directamente, pero que se la puede reducir y hasta desaparecer a través de la meditación. Con la meditación, la mente se vuelve un instrumento útil, en vez de esclavizarnos con su charla constante.

Sin embargo, es fácil confundirnos con la profusión de innumerables técnicas de meditación que existen, y que en general, son oscuras y poco apropiadas para la vida actual y sobre todo para la forma de vida occidental, no acostumbrada a estos menesteres.



No hay comentarios:

Publicar un comentario